Desde hace un tiempo Konichiwa festival ha comenzado a traer material más interesante y reciente a las pantallas de México y América Latina, hace unos meses trajo SAO Ordinal Scale, Yu-Gi-oh y más recientemente Resident Evil Vendetta y Fairy Tail Dragon Cry.
A decir verdad no soy muy asiduo a ir al cine, pero Koe no katachi me hizo levantarme y pensarlo de nuevo, es decir ¿Cada cuándo hay un buen anime drama en el cine? Desde que soy otaku lo más cercano a ver anime en el cine eran las ovas de Dragon Ball Z, y las películas de Studio Ghibli. Konichiwa festival cambió ese paradigme y se les agradece, sólo que nada me había hecho buscar boletos desesperadamente e incluso atreverme a ir solo -sí, fui solo, fue raro al principio, había muchas parejitas curiosas y molestas, pero la un ronin sabe ignorar esos detalles- y al ir, creo que valió cada centavo que gasté.
La espera
Con mucha anticipación fue anunciada en Facebook el estreno. Desde antes vi previos y adelantos que me interesaron no sólo por el estilo de KyoAni, también por la temática de la historia: la sordera, un recurso muy interesante y poco explotado. Hasta ese momento creí que sería otra de esas películas que vería por Internet, fue un gran asombro cuando la vi anunciada por Konichiwa festival.
Semanas antes del estreno busqué un cómplice para ir a verla, obvio tendría que ser alguien que le gustara el anime, aunque no fuera otaku, también tendría que aguantar el drama, -yo sabía de antemano que sería un buen drama, no pregunten por qué-. Al final amigos otakus y no otakus, ninguno pudo, y justo cuando conseguí a alguien, se habían acabado los lugares para la función que veríamos y me rendí.
Pero fue un sábado por la mañana que dije:
-¡Iré yo solo!
Llegué temprano al cine, compré un vaso pequeño de palomitas y un refresco y sin contratiempos ni esperas abordé mi butaca y no me moví hasta que terminaron los créditos.
Koe no katachi

Shoko Nishimiya es una chica con debilidad auditiva, optimista y muy abierta a hacer amigos, por obvias razones le cuesta trabajo darse a entender y comunicarse y, a pesar de ser muy linda, sufre de acoso escolar.
Shoya Ishida es un niño extrovertido al que poco le importa lo que pase a su alrededor, es egoísta y le encanta molestar a otros, es el típico líder del grupo de niños en el salón de la primaria. Shoya ve en Shoko a una víctima fácil para sus juegos y ahí comienza todo.
Sinopsis
Tras un caluroso recibimiento, la relación de Shoko con el grupo se deteriora por la dificultad de comunicarse, mientras unos la aíslan, los pocos que la apoyan son intimidados por Nao (Nao

ka Ueno), chica que secunda la abusos de Shoya, aunque en menor escala.
Mojarla con la manguera mientras riegan las plantas, aventarle pierdas, arrojar sus cuadernos a la fuente, escribir frases de odio en su pupitre. Son sólo algunos ejemplos de los abusos que sufrió Shoko de parte de Shoya, abusos que más tarde se volverían en su contra.
Shoya se pasó de la raya, los profesores, compañeros de clase e incluso sus «amigos» lo rechazaron y pasó de ser acosador a acosado.
Shoko finalmente cambió de escuela y la infancia de Shoya se vio marcada por el rechazo y desprecio de todos a su alrededor hasta la preparatoria, es ahí cuando Shoya toma una compleja decisión: poner en orden su vida y suicidarse.
Él vende todas sus cosas, trabaja duro y renuncia a su empleo tras completar su meta, deja una nota de despedida y camina hacia el puente de donde se dejaría caer.
Sólo una cosa quedaba pendiente: pedirle disculpas a Shoko. De alguna forma consiguió encontrarla y hablar con ella, él aprendió lenguaje de señas y tras un susto y una huía, lo único que pudo Shoya decir fue: «seamos amigos».

Producción
Desde 2014 se dio a conocer que Kyoto Animation se encargaría del proyecto y pienso que fue la mejor decisión. El característico estilo, diseño de personajes (Futoshi Nishiya, también diseñador de personajes de Hyouka), la dirección (Naoko Yamada, quien dirigió K-ON y Tamako Market), se veía venir una trama enternecedora, pero con detalles muy dramáticos.


No todo en este artículo son spoilers
Koe no katachi es una película autoreflexiva, los personajes maduran conforme transcurre la historia, cuentan con personalidades y defectos muy humanos, Shoya es uno de los ejemplos más claros ya que su egoísmo lo lleva al límite y aunque se arrepiente, no lo grita al mundo, ni vive entre promesas de mejorar. Es más bien una persona que prefiere los hechos a las ilusiones.
Pero está historia no sólo deja un fuerte mensaje de tolerancia hacia personas con capacidades diferentes, también nos abre los ojos ante personajes como Miki Kawai, es decir ¿Cuál era su problema? ¿Deberíamos deshacernos de todos los oportunistas como esa maldita loca de trenzas? Si no han visto la película, cuando la vean compartirán mi punto de vista (que se muera esa mosca muerta, disculpen que externa mi opinión sobre la maldita loca).

Tomen mi dinero
Debo admitir que lloré, soy el tipo duro que llora cuando está en confianza, en resumen me encantó este filme, tanto que pocos días después pedí el manga por Ebay (llegó muy rápido desde Japón) y, a pesar de que pensé muy seriamente en comprar una figura de Shoko, me contuve de comprar más.

Y finalmente puedo decir que no me arrepiento de nada, cada billete menos en mi cartera valió la pena, quizás sea que soy justo el tipo de audiencia al que se dirigían, puede que haya otros a los que les enfermen las historias rosas (#noHomo), y si ese es el caso, no se atrevan a verla, pero si les encantan las historias tristes con giros interesantes, y una fuerte dosis de KyoAni, pues bien, no sé por qué demonios no la vieron, quizás fue mala suerte, él asunto es que valió la pena ir solo, soportar a las parejitas que se besuquean de principio a fin, incluso la fila en la tienda de dulces.

Sí no han visto esta gran película y desean verla, no lo piensen, disfruten de los hermosos fondos, la música, los seiyuus, y sobre todo la historia que fue galardonada con el premio a la mejor novela gráfica del 2017 de parte de la Asociación de Jóvenes Adultos Biblioteca Servicios (YALSA por sus siglas en inglés), de la autora Yoshitoki Oima, ganadora del 19o premio Tezuka al nuevo artista. Es en serio, no se arrepentirán.
Y recuerden firmar la petición de chance.org: Que alguien mate a Miki Kawai.

