Por GIS Crew
Correr, pero solos no, pues sean eventos multinacionales alejados de la ciudad, fiestas de no más de 50 oyentes en localidades improvisadas o clubes repletos de gente, la música electrónica (que, puts! Ahora existen una infinidad de ramas tales como los clásicos House, Techno, Drum and Bass, Progressive, Trance, hasta encontrar cosas tan deliciosas como el Dub o el TripHop), encuentra espacios en donde los susodichos se juntan con un solo fin: el deleite de los sentidos no sólo auditivos, sino que la percepción y la imaginación han logrado que la escena se vuelvas íntegra en cuanto a expresiones artísticas. La muestra, los ingenieros visuales y los encargados de la decoración, cosa meramente de artistas, y conste que ellos sólo son parte de un todo.
Esta pequeña introducción tal vez no sirva de mucho para el fin de mis palabras, pero si un espacio se nos abre, hay que aprovecharlo. Mi fin es más utópico y el desarrollo va a continuación.
«Lamentablemente, la sociedad contemporánea está volcada hacia lo externo»,
Dice un amigo mío, y pienso que tiene razón. Nuestra responsabilidad como juventud es enormísima, pues ahora más que nunca, la juventud se vinculan con la marginación de la razón, para darle la justificación a la tecnología y a las comodidades que ésta ofrece, y a pesar que de alguna forma estamos (quién más que nosotros) inmersos en estos acontecimientos. Entonces nuestra acción debiese mostrarse menos indiferente a éste fenómeno de plastificación humana, claro que siempre desde hace mucho que esto comenzó, pero con más sutileza y arrogancia. Estamos conscientes de que la mayoría de nosotros somos de inquietud autodidacta, y que si algo nos caracteriza es la insaciabilidad de nuestra curiosidad.
La apatía (que existe además) destruye toda convocatoria al sabotaje, entonces sólo queda la esperanza en que nuestro sector se complazca en aplaudir la labor de nuestros compañeros que quizás sean necesario citar por créditos ameritados, expresando así, nuestra solidaridad y nuestra misma comprensión: a los colaboradores gráficos, los que hacen sonar los acordes que acompañan nuestra existencia, los encargados en buscar o encontrar los espacios, los mismos oyentes y reconocedores de un arte en boga subterránea; es necesario que expresemos una solidaridad permanente hacia nuestros adyacentes, como es necesario saber que no somos ajenos a los acontecimientos actuales.
Es por eso que la comunicación es la que determinará nuestro futuro, pues es el mañana en donde están apuntados nuestros intereses comunes, y Oj Aláh estos no de vuelvan vanos al paso del tiempo. Éstas cosas se construyen en lo cotidiano, desde proyectar una actitud insurrecta, hasta perpetuar nuestras imágenes enajenadas en las paredes, ahí es donde se comienza nuestra labor que rendirá frutos hasta que las voces se vuelvan una sola, plasmada en pensamientos llenos de razón, la cual llegará a la catarsis de la sociedad.
Por lo mientras los invito a reflexionar sobre las cuestiones que predominan en la mente de muchos en que vivimos, pues como nuestra generación suele ser mas amable, suele también ser la que más lee, la que mas consulta los periódicos, la que menos se pega a los celulares (lo menos posible), la que menos se corrompe, la que más escucha y la que más acepta que éste mundo es cambiante y la que acepta que lo estático nos hace daño, al igual que en nuestra música, que nuestro ambiente que estamos dispuestos a compartir está lleno de virtualidad tanto artística como moral y sólo así tendremos asegurada la conversión de nuestro pensamiento en actos que concreten nuestras verdaderas intenciones: el desarrollo de la utopía vive.
¡Viva toda la banda guerrera!
Este artículo fue publicado por primera vez el 20 de septiembre de 2008 en la Revista virtual VBco,Therapy.